lunes, 2 de julio de 2012

¡Hola holita!

¡A mamá que vas!
En la entrada de hoy no pienso contar nada nuevo pero ¡estamos rodeados y se extienden más que los hoygans! Sí, hablo del Flanderismo como nuevo movimiento, de hecho como nuevo estilo de vida de millones de personas. Pero... ¿En qué consiste? ¿Qué es? ¿Quienes lo integran? 

Para comenzar, ¿cómo se identifica a un Flander? Bien, hay varios tipos de Flanders, e incluso, lo más probable, es que en tu propio grupo de amigos cuentes con uno. 
Todo el mundo conoce a Ned Flander; el vecino insufrible de Los Simpsons. En la vida real, no es muy diferente de la ficción de esta serie de animación. Son personas que destacan por su susceptibilidad y su aprensión. Personas que no destacan por su sentido del humor y que disfrutan con el espectáculo y la tragedia. Lo que se conoce coloquialmente por: "corta rollos", en otras palabras. 


Hay varios tipos de Flanders. Por citar algunos:

  • El Ned Flander: Si te encuentras con uno de ellos los podrás identificar a kilómetros de distancia. Estos, son fácilmente identificables y no suponen ningún tipo de desconcierto para los de su alrededor. Carecen de cualquier tipo de humor negro y les encanta presumir de una alta gama de valores humanos. Algunas de sus frases más celebres van desde "No sé donde está la gracia" hasta "No me parece ni ético ni moral" o "Eres un intolerante". Si quieres llegar a un acuerdo con él, dile que es simplemente tu opinión y que debería respetarla, ya que tú respetas la de él. Es decir, ponte a su nivel de Flanderismo.
  • El encubierto: Este, es un tipo de Flander mucho más complicado de localizar o identificar. Suelen ser personas que presumen de un alto sentido del humor y pasotismo;  todo se la resbala aparentemente. Nada más lejos de la realidad. En verdad, son personas que disfrutan con las bromas hacia terceras personas pero no toleran ninguna que tenga que ver con ellos. Ellos pueden gozar del beneficio de reírse o bromear contra ti, pero tú, nunca podrás hacerlo a la inversa pues les has faltado al respeto gravemente. Sus frases estrella suelen ser; "Te has pasado" o "Eso es una broma de muy mal gusto". Directamente... Mándale a la mierda. Son escoria y no merecen más trato del que ellos mismos otorgan al resto.
  • La víctima: Estos, son de lejos los Flanders más complicados con los que puedes llegar a tratar. Tienden a desvirtuar toda conversación descontextualizándola y llevándosela hacia su terreno. Si tu dices verde, él dirá que le has dicho rojo hasta tal punto de tener que acabar dándole la razón por no querer montar un espectáculo. Si topas con uno de esta calaña y cometes el error de rebatir al menos una vez cualquiera de sus argumentos aunque sean incorrectos ¡estás perdido! Te verás envuelto en una discusión repetitiva y cansina donde su oratoria recaerá constantemente en el: "Deja de gritarme/insultarme o tergiversar mis palabras". Evítales a toda costa y finaliza la conversación cambiando de tema rápidamente. 
  • El exagerado: Este tipo de Flander es una combinación perfecta y puede estar vinculado con cualquiera de todos estos, de hecho, lo más común es que sea así. Los identificarás rápidamente por su afán de querer montar un drama de cualquier escena o frase. Todo aquello que hagas que se aleje un milímetro de sus convicciones desembocará en una escena pública y vergonzosa en la que si no quieres terminar teatralizando una tragicomedia más típica de Shakespeare con él deberás ignorarle por completo y mantener la calma hasta el final. Algunos de sus argumentos más comunes son: "Porque tú has dicho/hecho esto" o "A mi NADIE me habla así", evidentemente, todo esto a gritos.
Así que, mi consejo. Encontrado el cáncer a tiempo... ¡ Aléjate de ellos cual peste!

martes, 26 de junio de 2012

It's the end

¡Hoygan! Que vienen los extraterrestres

Ya lo dijeron los mayas, este año todo se irá a la mierda. Sería demoledor sino fuese de esperar ya que incluso hay ciertos individuos que se toman estos presagios como verdades universales. Y es que parece que hay gente que busca desesperadamente hallar o una conspiración gubernamental o el apocalipsis propiamente dicho para encontrar un vano sentido a su existencia. 


Pero la transcripción no iría del todo desencaminada. ¿Cuanto daño están haciendo las tecnologías actualmente? La gente hoy día cuando se quiere comunicar entre sí ya ni siquiera se llama por teléfono, sino que, en cambio, emplea una aplicación de su móvil de ultimísima generación con 3G y todo el autismo que ello implica. Y es que parece que el trato personal ya no está de moda, está sobrevalorado. Ahora, aquel que se resiste a las utilizaciones de tan dichosas aplicaciones de común conocimiento vive en el pasado. Los niños ya no quieren muñecas o coches teledirigidos, sino móviles y como no, tarifa plana de datos. Esto es sin mas, amigos, el fin de una generación más feliz y con necesidad de menos. Recuerdo nítidamente como antaño nadie tenía ni ansiaba el exceso y ahora o tienes una televisión de plasma de 40 pulgadas, un coche nuevo cada 3 años, un móvil de última generación a la última tendencia, un Ipad o la última consola del mercado o no eres nadie. Eso sí, la economía va a pique pero yo no me quedo sin mis comodidades.

"Dinos algo que no sepamos"

Lo sé, lo sé. Pero ciertamente me sorprende a la vez que me entristece salir a la calle y ver a los jóvenes y no tan jóvenes cada día que pasa más absorbidos por las nuevas tecnologías. En cierto modo me recuerdan a mi madre cada vez que pone Telecinco y se tira las horas muertas mirando el televisor sin pestañear, sin hacer caso omiso a lo que suceda a su alrededor; en ese intervalo de tiempo podría arrasar con todo un tsunami y ni aún así se inmutaría. A ese tipo de tristeza me refiero, a la pérdida de los sentidos por prestar atención a un cualquier cacharro. 
Por eso mismo no me cansaré de recomendar la serie británica de tan solo tres episodios autoconclusivos Black Mirror

Ahora diréis que toda esta mierda para similar bodrio de conclusión, pues sí, pero si tengo algo claro es que el fin llegará, pero no por una catástrofe natural, antes nos lo habremos cargado todo nosotros mismos. Y ahora os dejo con mi amigo Jimmy =)


Mindundi de palo

Para comenzar con este espacio retrodown; como es fácilmente imaginable, he optado por una breve presentación de mi persona. Y así soy yo, una mindundi de palo. Sin oficio, ni beneficio, ni futuro. Concluyendo, un personaje que no está en vías de extinción y lo peor es que ¡somos una plaga! Así que las probabilidades de que algún día deje de ser una mindundi de palo no juegan precisamente a mi favor. 

Por desgracia, (porque lo es) no me basta con ser una mindundi de palo como ya he añadido con anterioridad, sino que considero que en algún momento de mi penosa y poco fructífera vida tendré que trascender, porque yo lo valgo. De ahí, el título de este espacio retrodown (sí, el chiste es mío) por lo que a pesar de no ser nadie, nací creyéndome alguien. Algunas personas atribuirían este hecho como una ventaja propiamente dicha.

"No eres conformista, eso está muy bien"

Esto estaría bien si fuese una persona con algún tipo de aspiración en su corta vida o no la tuviese y fuese un eterno conformista, pero el hecho es que me considero tan trascendental e importante que tiendo a tildar todo lo que me rodea por decadente y poco merecedor de mi transcendentalismo. Lo que viene a ser el peor de mis defectos, a pesar de considerarme un ser tan superior a la pobre media. 

Por lo que... ¿Qué me queda? ¿Adaptarme al vulgo y asumir mi mediocridad frente a la del resto o seguir con mi transcendentalismo y  terminar viviendo bajo un puente? 

"Eres so gilipollas" 

Pensaréis todos y no os pienso quitar razón. La respuesta es evidente, pero aún así... ¿Quién no soñó alguna vez en que su vida sería una gran aventura? ¿Qué su trayecto  vital tendría una repercusión más allá de sus cuatro amigos y familiares? En algún remoto lugar de mi interior perpetua la llama de esta idea tan irreal y retrasada pero la mediocridad se va abriendo paso cada vez más y es irrefrenable. ¿En esto consiste madurar y crecer? Y es que finalmente todos terminamos siendo trapos rotos sin sueños ni emociones y solo terminan trascendiendo un limitado número de afortunados luchadores. Lo reconozco, yo no soy una de ellas.